Cada inicio de año nos enfrentamos a un sin fin de retos y oportunidades, un momento en el que mantener una actitud positiva tiene un valor más importante que nunca. Una de las claves hacia el éxito personal y profesional es mantener una actitud o mentalidad positiva ante la vida. Alcanzar nuestras metas depende en gran manera de la actitud con la que nos enfrentamos a los retos del día a día. Una actitud positiva reduce los niveles de estrés y mejora la salud de manera significativa. Adoptar una actitud positiva frente al mundo, te hará más feliz y hará que los demás sean felices contigo. Además, mejora los niveles de autoestima y ayuda a sentirse mejor con uno mismo.
Para pasar todo lo que ha pasado el ser humano y llegar hasta donde ha llegado ha sido imprescindible haber gozado de un exceso de optimismo. Pero no todo el mundo tiene la misma carga de ilusión y arrojo. Al escritor y divulgador Mark Stevenson se le ocurrió la idea de identificar los rasgos comunes de las personas optimistas por excelencia. Y estableció los 8 principios del optimismo pragmático.
Los cambios científicos y tecnológicos están transformando la sociedad en la que vivimos. Por eso, Stevenson cree que hay que educar y vivir de manera ligeramente distinta a como se hace actualmente. Afirma que se debe hacer un esfuerzo por conseguir mantener un pensamiento basado en el optimismo práctico.
Practica rituales de calma.
La vida puede tener una serie de eventos estresantes, pero la gente optimista sabe cómo lidiar con la ansiedad de una forma positiva. ¿Alguna vez te han dicho “cuenta hasta diez”? Pues bien, en la mayoría de los casos, eso es lo que debes hacer. La vida se produce en dos planos, un plano mental y otro físico, si controlas tu plano mental, controlas el físico. Si detienes tu mente, tu mundo se detiene, si tu mente encuentra calma, tú encuentras calma. Tú eres tu mundo todo lo demás es tan sólo un espejo.
Hay estudios que demuestran que tanto el ejercicio físico como la meditación están directamente relacionados con estados de ánimo más felices. Estas actividades son una ayuda para mantener una actitud positiva, y al mismo tiempo, ayudan a pensar con mayor claridad.
Equivocarse también es progresar
Si nos equivocamos, no pasa nada. Nos volvemos a levantar. Una y otra vez. Pero sí ocurre algo si no nos atrevemos a intentarlo: somos víctimas del miedo al fracaso. Así, Mark Stevenson nos anima a errar porque cree que equivocarse es una forma de avanzar hacia el acierto. De hecho, la considera como la mejor estrategia para progresar. Nadie ha descubierto algo sin errar previamente.
Las personas que creen que el error es la mayor catástrofe que puede sucederles se quedan anclados y estancados. Con ello, cometen una grave irresponsabilidad y se encuentran, sin saberlo, en el camino equivocado.
Apuesta por lo que funciona.
Las creencias son subjetivas. Los hechos científicos objetivos. Stevenson considera que el optimismo pragmático ha de centrarse en estos últimos, para poder garantizar así una forma de pensamiento más científica y basada en la evidencia. Es decir, recomienda centrarse en aquello que está probado que funciona.Para ello, pone el ejemplo del trabajo de un ingeniero comparado con el de un político. Mientras que el primero construye estructuras partiendo de la realidad objetiva, el político se deja guiar por su ideología negándose en muchas ocasiones a ver las cosas tal y como son.
Mantén el optimismo siempre.
El optimismo es el perfume de la vida y todos preferimos a las personas que huelen bien. Cuando tienes una cena de trabajo o con amigos, sabes con antelación con quien, o cerca de quien, te gustaría sentarte, ¿me equivoco? Todas esas personas tienen un factor común, son personas optimistas y positivas
Un análisis de pensamiento positivo, publicado recientemente por una universidad estadounidense, sugiere que cultivar una mentalidad optimista puede ayudarte a abordar los desafíos de la vida con resiliencia y, como resultado, eso podría llevar a un mayor bienestar.
Enfréntate a lo negativo.
Nadie está libre de momentos difíciles, incluso los más optimistas. La clave es mantenerse positivo, pero siempre con los pies sobre la tierra. Los malos momentos en una vida no se pueden evitar, además tienen su parte positiva y terapéutica, una vez superados nos ayudan a valorar más los buenos.
La clave reside en aceptar cada cosa que te trae la vida como si la hubieras elegido tu mismo, ser resiliente. Lo realmente importante no es lo que sucede sino como te enfrentas a ese evento.
Controla tu diálogo interior
Tú eres una obra de arte y como tal eres único/a, sin embargo, olvidamos con frecuencia que nuestro verdadero valor reside en esa singularidad y pronto adoptamos como válidos otros modelos con los que compararnos. Muchos de los problemas de autoestima y autoaceptación tienen su origen en el resultado de esas comparaciones. Muchos de nosotros somos nuestros peores críticos. En lugar de animarnos a mejorar nos hundimos a nosotros/as mismos/as.
Sin embargo, la gente positiva practica el amor propio como un ritual, aceptándose a sí mismos. Estudios muestran que la autoaceptación es vital para una vida más feliz.
Hazlo en lugar de intentarlo
La intención motiva a la acción, pero no estamos conformados de intentos, si no de acciones. Por eso, la mejor forma de ser fiel a lo que somos es actuando, llevando lo que creemos y pensamos a la práctica. Somos lo que hacemos y sentimos y no lo que tenemos intención de hacer o simplemente, imaginamos.
Practica la paciencia
Cada proyecto es un plan a largo plazo. Una especie de carrera de fondo en la que damos pequeños pasos hasta alcanzar las metas propuestas. Algunos días avanzaremos más, otros menos, pero la recompensa llegará tarde o temprano. La espera, el esfuerzo, la paciencia y la persistencia hacen que el bien social proporcionado valga la pena.
No permitas que tu optimismo obstaculice tus metas.
A pesar de los buenos resultados que tiene ser optimista, hay ciertos problemas si se aborda de una forma incorrecta, especialmente cuando se trata de conseguir tus metas. Estudios demuestran que tener una mentalidad extremadamente positiva –pensar que todo es un cuento de hadas- y que el universo nos proveerá de esta o aquella cosa, puede distraerte, relajarte en exceso e impedir que alcances tus metas. El mejor de los antídotos para esto es el sentido común.
Anticípate a los problemas
Aquellas personas que se identifican como optimistas-realistas creen que tienen más control de sus relaciones y de diversas circunstancias. “Cada vez que enfrenten un problema, los optimistas serán creativos: tendrán un plan A, un plan B y un plan C” y si ninguno de los tres funciona, recuerdan que el abecedario tiene veinticinco letras más.
Sin embargo, es importante darse cuenta de cuando tus planes se transforman en algo abrumador. Es fundamental aprender a descansar e incluso a desistir. Un pensamiento positivo es mejor cultivado con una mente relajada, así que toma un descanso cuando sientas que estás sobrepasado.
Estos principios son una guía perfecta para formarnos en el optimismo practico. Nos permitirá alcanzar un estado personal más productivo y positivo. Además, si comenzamos a introducirlo en la vida diaria, nos aportará más confianza para transformar todo aquello que nos propongamos. El cambio siempre es posible.
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