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“Estar a la espera de que algo suceda puede dar casi tanto placer como experimentarlo.”
Anticipaciones positivas
Te has preguntado alguna vez ¿por qué en la semana previa a tus vacaciones, tu estado de ánimo es mejor que en la semana anterior a incorporarte al trabajo? Si lo pensamos un segundo, debería ser al revés. La semana anterior a las vacaciones estás trabajando y, sin embargo, la otra aun estás de vacaciones. La respuesta es simple, tu mente realiza constantemente anticipaciones. La primera semana anticipa tus vacaciones y la segunda la vuelta al trabajo. Esa es la respuesta. Este mismo efecto sucede los viernes y los domingos.
Una de las cosas más emocionantes de un viaje es la expectativa previa. Cualquier persona que haya planeado sus vacaciones lo sabe. Meses antes, usa “Google de manera compulsiva”, crea una hoja de cálculo de todas las cosas que quiere hacer, y los lugares que desea visitar. Examina los menús de los restaurantes. Utiliza una imagen del destino como fondo de pantalla de su teléfono o su pc, y los más “pros” descargan una aplicación de cuenta atrás para días que faltan.
Los expertos señalan que es muy probable que hacen lo correcto. Numerosos estudios sugieren tener cosas buenas que esperar mejoran nuestro estado de ánimo y reducen los niveles de estrés. Imaginar cosas buenas por adelantado nos hace sentir mejor en el momento presente. La Facultad de Medicina Albert Einstein, afirman que el efecto de la expectativa positiva sobre el estado de ánimo aumenta la motivación, el optimismo, la paciencia, y disminuye la irritabilidad.
Obviamente, no podemos reservar viaje cada vez que necesitamos un poco de ánimo. Pero hay formas de aprovechar e incorporar el poder de la anticipación positiva a tu vida diaria. Aquí tienes algunas ideas que te ayudaran a aprovechas los beneficios de generar expectativas positivas.
Entusiásmate con pequeñas cosas
Anticipar muchas experiencias pequeñas y deliciosas puede ser tan placentero como esperar un gran evento, aseguran desde el departamento de psicología social de la Universidad de Tulane (USA). Mirar como el camarero te sirve una copa de vino favorito y se acerca a tu mesa casi te permite saborearlo o dirigirte hacia el restaurante donde podrás degustar, una vez más, tu plato favorito son sólo algunos ejemplos.
La acumulación de estas mini alegrías implica que se pueden obtener beneficios de anticipar esos pequeños eventos antes de que sucedan. Al final de cada día, piensa en alguna cosa del día siguiente que te entusiasma. Da igual si es recibir un libro nuevo, un paquete que estás esperando o una cena con amigos. Lo importante es esperar algo que te ilusione.
Además, con las cosas más simples y cercanas la sensación de que va a suceder con seguridad es mayor. Tienes más control sobre una pequeña reunión de esa noche que sobre unas vacaciones dentro de ocho meses.
Conéctate con tu futuro yo
¿Alguna vez has caminado por una casa en venta y de inmediato te has imaginado disfrutando de una impresionante tabla de quesos en la terraza?
Cuando formé al personal de ventas de Hola Real Estate, les sugerí que dejaran de vender casas y vendieran hogares. El reto consistía en mostrar las casas a los posibles compradores de tal manera que pudieran visualizar cómo sería su vida, si vivieran ahí. Básicamente, el mensaje al cliente era: “Este podría ser tu futuro”. Y Funcionó porque es tentador imaginarse como el tipo de persona que vive en la casa de sus sueños.
Las investigaciones han demostrado que sentirnos como si estuviéramos en el proceso de ser nuestro “yo futuro” tiene un efecto positivo en el bienestar al sacarnos del pensamiento a corto plazo. Pensar en el futuro puede ayudarte a dar prioridad a tu salud e incluso a actuar de manera más ética.
Si bien es divertido soñar despierto con tu “yo futuro”, los pasos que debes seguir para llegar allí nos son sencillos. Comienza por aclarar cuales son las cosas de la vida que más valoras y luego establece metas en torno a ellas. Si tu prioridad es mantenerte en forma y saludable a medida que te haces mayor, tal vez tu objetivo sea correr 30 minutos cada día. Pero no esperes a sentirte motivado antes de dar el primer paso. Más bien, cuando hagas algo para lograr tu objetivo, concéntrate en lo motivado te sientes después de hacerlo, no antes.
Un pequeño premio hace milagros.
Cualquiera que haya llevado a un niño a vacunarse y luego a comer un helado conoce el poder de generar expectativa por algo que no quieres hacer, cuando lo combinas con algo que sí quieres hacer. En un estudio de 2013 sobre el “agrupamiento de tentaciones”, los participantes a los que se les dio un iPod cargado con audiolibros que solo podían escuchar en el gimnasio se ejercitaron un 51 por ciento más que los demás. Fue tan motivadora la experiencia que, cuando finalizó el estudio, el 61 por ciento de los sujetos dijeron que pagarían para tener acceso a los audiolibros, aunque fuera sólo en el gimnasio.
Estrenar una camisa nueva funciona igual de bien para las cosas que no te entusiasman. Por ejemplo, la idea de vestirte para ir acorde a la sensación que deseas y no con la sensación que tienes. Supongamos que tienes una presentación de trabajo que te pone nervioso/a, si también tienes un atuendo nuevo que estás impaciente por estrenar, se compensa y en consecuencia sentirás más entusiasmo.
Invéntate algo que celebrar
Si las fiestas o celebraciones son algo que esperas con ganas y disfrutas, no esperes a que sea un día festivo para celebrar; simplemente invéntate un motivo de celebración. Organiza una fiesta de cumpleaños para el perro o una merienda para los amigos de tus hijos. Piensa en formas de hacer que las ocasiones sean especiales, incluso cuando no haya un motivo aparente.
¿Necesitas algo de inspiración? El Día del avión de papel, el Día de la Lasaña o el Día de Abrazar al Gato se acercan, si necesitas algo que ilumine tu mente, aquí tienes algunas ideas.
Recuerda que la ansiedad y la expectativa pueden coexistir
La otra cara de la moneda de las anticipaciones es la ansiedad que genera la expectación. Lo más fascinante es que, a veces, ambas suceden al mismo tiempo. La ansiedad y el entusiasmo son emociones hermanas. Pero solo es perjudicial si te enfocas únicamente en la parte de la ansiedad y descuidas la del entusiasmo.
La clave es reconocer el aspecto feliz y positivo de lo que haces junto con los sentimientos de nerviosismo que lo acompañan. Cuando resignificas las cosas que te causan ansiedad como algo emocionante descubres que, en realidad, te hacen sentir bien.
Para terminar, hay que decir que todos los estudios indican que cuando una persona aprende a generarse expectativas positivas sobre una situación concreta aprende a vivir mejor. A nivel físico, resulta fascinante descubrir que el cerebro envía de forma inmediata algunas sustancias neurotransmisoras que generan la sensación de bienestar en el cuerpo.
También demuestran que tiene múltiples beneficios para la salud mental. En los últimos años, los estudios de resonancia magnética funcional han demostrado que la anticipación de eventos positivos futuros da como resultado una activación cerebral mejorada que se asoció con niveles más altos de bienestar. El placer de cualquier idea agradable reduce los efectos del estrés en las personas que quiere vivir de forma plena.
Ya sea una fiesta, un premio o una lista nocturna, la anticipación positiva es una herramienta poderosa para generar emociones positivas y, en consecuencia, disfrutar más de la vida.
Crear oportunidades para las expectativas positivas es una habilidad que se puede desarrollar. Como dijo Thoreau: “La pregunta no es qué miras, sino qué ves”.
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