Síndrome postvacacional. 9 tips para combatirlo.

“Nadie necesita tanto unas vacaciones como quien acaba de tomarse unas”

Se acabó el verano y toca volver a la rutina. Luchar contra el “síndrome postvacacional” no es tarea fácil y menos después del ritmo de vida que hemos llevado durante las vacaciones. Hasta un 60% de las personas que han disfrutado de un merecido descanso se ven afectadas por este trastorno adaptativo. Aquí te dejo algunas ideas prácticas para reducir al máximo su efecto y facilitar la adaptación a las rutinas habituales.

La conocida como depresión postvacacional es un síndrome que experimentan en mayor o menor medida, la mayoría de las personas tras la vuelta de vacaciones. Es importante aclarar que no se trata de una depresión como tal, sino de un estado de ánimo temporal de prevalencia negativa, en el que predominan la nostalgia, la tristeza o la apatía.

Este síndrome es un “trastorno adaptativo” en el que la persona que lo sufre presenta una reacción frente a un estresor específico, la vuelta al trabajo o a la rutina. El principal motivo, es la reducción de los niveles de tensión que mantenemos durante los periodos activos y que tras las vacaciones necesitamos volver recuperar para hacer frente a la demanda del día a día.

Y como seguro ya habrás experimentado comenzar de nuevo con la rutina, el trabajo, el cuidado de los niños, el colegio, los estudios, etc. puede llegar a producir irritabilidad, desánimo, tristeza, apatía e incluso trastornos del sueño.

Si quieres que la vuelta al trabajo sea menos traumática presta mucha atención a estos 9 Tips para combatir el síndrome postvacacional, te seguro que volverás no sólo con más energía, también mucho más positivo/a.

1.- Normaliza tu horario de manera progresiva.

Cuando estamos de vacaciones uno de los mayores placeres es poder dormir más. Volver al trabajo implica cumplir horarios. Por ello, es aconsejable regularlo unos días antes de volver al trabajo. De esta manera resulta más fácil la vuelta a la rutina, ya que te adaptas con anterioridad a los horarios habituales de tu jornada laboral.

2.- No vuelvas de vacaciones en el último momento.

Regresar en el último momento puede parecer atractivo, pero también dificulta nuestro proceso de adaptación. Al igual que la medida anterior, volver a familiarizarse con las rutinas diarias con antelación suficiente ayuda adaptarse de forma más gradual a su vida cotidiana.

3.- Recupera los hábitos alimentarios y el ejercicio físico de manera paulatina.

Volver a la normalidad lo antes posible es lo ideal, pero recuerda no forzarte. Date el tiempo necesario para recuperar los hábitos y así, disfrutar de sus beneficios. Piensa que según W. James se necesitan 21 días para instalar un hábito (aunque ese tiempo depende de la motivación, de la persona y de otros aspectos). Así que, piensa que de nuevo necesitarás un tiempo para deshabituarte y de nuevo habituarte.

4.- Pon el despertador unos minutos antes de la hora

Sobre todo, los primeros días de readaptación, el salir antes de la cama ayuda a tener más tiempo para organizarnos, evitando así prisas innecesarias y estrés.

5.- No te cargues de trabajo el primer día. 

Regulariza tu agenda y prioriza lo más inmediato. Saber organizarse siempre es necesario y a la vuelta de las vacaciones más que nunca. En caso de no poder finalizar las tareas pendientes te recomiendo anotarlas en una lista y así realizarlas en cuanto te sea posible. De este modo, evitarás que dándole vueltas en tu cabeza te roben la energía y te hagan sentir más agotado.

6.- Huye de la rutina diaria

Cuando retomamos nuestros quehaceres profesionales, se tiende siempre a caer en la rutina. Elegir siempre la misma ruta para ir al trabajo, hablar con la misma gente, comer en los mismos sitios, con estas rutinas pocos días después de regresar parece que nunca hubiéramos tenido vacaciones.

Esto provocará cierto sentimiento de tristeza y hará que echemos de menos esos días que pasamos alejados de todo. Para evitarlo, haz cosas fuera de lo normal como deportes exóticos, descubrir nuevas aficiones, o hacer pequeña escapada los primeros fines de semana.

 7.- Mira el lado positivo

Frente al síndrome postvacacional pensamiento positivo. Como es normal, justo antes de volver al trabajo, no paramos de pensar en “todo lo que se nos viene encima”. Reuniones, diferencias con el jefe, horarios estrictos. Esto hace que surja un estrés añadido. Por eso, lo primero que tienes que hacer es tranquilizarte y organizar todo lo que tengas que hacer antes de volver al trabajo. Así evitarás agobios que lo único que hacen es desconcentrarte.

8.- Acepta las emociones que te toca vivir. 

Aunque no nos guste sentir melancolía, tristeza, angustia o rabia, éstas son una respuesta funcional de nuestro organismo a los cambios. Permitirse llorar no hará que cambie tus obligaciones, pero sí te hará vivirlo de una manera más serena. O por ejemplo, escribir en un papel la rabia que siento por lo que me ocurre y a continuación destruirlo en mil pedazos te ayudará a canalizarla.

9.- No dejes de hacer las cosas que hacías en vacaciones

Hay cosas que solo solemos hacer cuando estamos de vacaciones, como por ejemplo ir a la piscina, pasear por la playa, o ir de compras para después tomarnos un helado con un amigo. ¿Por qué no hacerlo cuando volvemos a la rutina?

Si continúas dándote esos pequeños caprichos, la vuelta a tus obligaciones no será tan traumática y estresante. Y es que, gracias a estos pequeños placeres, conseguirás una pizca extra de felicidad. Además, también conseguirás relajarte y desconectar un poco de todo lo que te rodea.

En definitiva, lo más importante para reducir el síndrome postvacacional es hacer que el cambio de las vacaciones a la rutina otoñal sea lo menos brusco posible, afrontarla con actitud positiva para hacer frente al desanimo que puede inspirarnos “la vuelta a la realidad” y no olvidar que hemos venido al mundo a ser felices, también en septiembre.combtir